jueves, 16 de septiembre de 2010

Leonas Argentinas Campeonas

HOCKEY SOBRE CÉSPED
Las Leonas, campeonas del mundo
Puro corazón. Las chicas de Retegui ganaron 3-1 la final ante Holanda, con grandes actuaciones de Rebecchi y Barrionuevo, las autoras de los goles. Así, por segunda vez en la historia, Argentina se alza con el oro en un Mundial. Esta competencia tuvo el agregado que se jugó en casa: Rosario está de fiesta.
Por CRISTIAN DEFEO
Se dice que el corazón de un león, el mamífero rey de la selva, sólo representa el 0,45% del peso de su cuerpo. Sin embargo, esta información no corre para la nueva especie de leonas (argentinas) que estuvieron en Rosario, allí en el Mundial de Hockey. El corazón de esas jugadoras que lloran con el himno representa 100% del peso de sus figuras.

Puro corazón, pura emoción y juego es lo que brindaron las nuevas campeonas del Mundo, que destronaron del estrado más alto a Holanda. Sí, justo a Holanda. Esa selección con la que hay pica, rispideces producto de tantos enfrentamientos decisivos. Pero esta vez, nuevamente el choque más importante se lo quedó Argentina. Como en aquella épica final en Perth (2002), cuando las chicas consiguieron el oro por primera vez en un Mundial tras ganarle a las Naranjas por penales, con la excelsa actuación de la recordada Antoniska. Y como hace tan sólo dos meses, cuando el conjunto nacional se quedó con el Champions Trophy al derrotar a las europeas por 4-2.

La final de hoy fue como se preveía: más luchada que jugada. Y ahí las dirigidas por Retegui pusieron en disputa el corazón. Nada más ni nada menos. Dieron el primer zarpazo al toque de iniciado el partido: a los tres minutos, una buena combinación entre Lucha Aymar y Soledad García terminó con un centro rasante que empujó Carla Rebecchi al gol. Y con la primera alegría llegó la euforia para esas 12.000 personas que agotaron entradas.

Y las leonas no dieron respiro. Fueron a la caza con todo, nada de agazaparse. Cuatro minutos más tarde apareció la goleadora Noel Barrionuevo (seis goles en este certamen), que otra vez sacó ventajas tras recibir en un córner corto. Pero todas las finales tienen la misma tensión, los mismos nervios. Y por eso, en el segundo tiempo, tuvo que aparecer el descuento holandés. Un tanto que cambió la sintonía del partido. Las Leonas se retrasaron en el campo y la arquera Belén Succi tuvo que ponerle el cuerpo a un par de remates europeos que tenían destino de red. Argentina tuvo a la mejor jugadora del mundo, es cierto, pero también contó con el coraje para calzarse el overol y aguantar, aguantar y aguantar. Y así defendió esos córners cortos que tan bien ejecuta Holanda.

Las chicas no aguantaban en el medio y el panorama era complicado. Pero como en todo el campeonato aparecieron las delanteras: nuevamente Sole García lució su habilidad en el área, le pegó duro a la bocha, que dio en el palo, y Rebecchi apareció en el rebote para anticiparse a todas y poner el 3-1.

Con la ventaja llegó el grito desesperado de Retegui, el llanto de las ex Leonas (esta vez en las gradas), la fiesta en las tribunas y la pila humana de jugadores argentinas. Esas deportistas que otra vez se calzan la medalla de oro. Esas chicas jóvenes y otras tantas veteranas que llevan al país a lo más alto del deporte.


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